miércoles, 18 de enero de 2012

Una lectura política de Hölderlin


1.

“Il tempo fa passare l’amore e l’ amore fa passare il tempo”
canta el débil juglar en la ribera del todo tiempo sido y aún lo porvenir, que se oculta en lo ciego de la Estigia...

¿Mejor leer, acaso, que pretender un texto de ardua letra, de vanidosa espuma aherrojada?
conjeturó otro Ciego en quien todos pensamos…

Y en la segunda década del segundo Milenio, esta carne de
melancolía que me vive…
repite los destinos del poema;
cuando toda carne y toda la belleza
y aún el alma de la luz ya es mercancía…
bajo las garras del ángel
de Paul Klee…

……………………………………………………………………….



Como suele, Carlos Mamonde lee con unción a Hölderlin…
como suele este ‘quidam’,
como puede este nadie…
Y lee aquellos himnos del ’Hyperión’ que al negro bosque  vuelven,
a su intemperie  vuelven,
a su promesa de extravío y de espejo vuelven,
en el viento de fuego…

Y dice Carlos la pregunta de su miedo (de Hölderlin):

“¿Para qué poetas en tiempos de penurias?”,
nos interroga Johan Friedrich


¡Para cantar la huída de los dioses!...
le grita la oculta fiera, le grita el que susurra
¡para cantar la ira…!




2.

Que en las horas de errancia, de la eclipse de ausencia, los dioses han     huido…
Apolo, Venus,  Dionisos, abandonaron el mundo;


Desde entonces el día de lo humano camina a su extinción,
en la noche, en Occidente, en la casa de Occisos...

¡Ya el dios no reúne al macho ni a la hembra, al calor de su boca…

(…estamos a la sombra de la lengua germana, música de Bach y de tormenta y trueno, donde Hölderlin canta la exaltación del mundo, lo inestable del día, el amor paradójico, el ‘Trauerspielle’ que llora el duelo de todo lo perdido…de la sombra que huye, de tu cuerpo ya frío -y tan amado-…del pezón que no mana, del mundo desfondado…del camino al ‘Occissos’, la Casa de la Muerte del Sol, más allá de la promesa de las manzanas de oro, desvelo de los Argonautas…)

Lejos de Apolo, de Venus, de Dionisos…la fuga de Jasón más allá del deseo…
/semidioses y dioses sin religión/ ni adoración ni templos, sin curas y sin sinecuras… sin sinagoga ni mezquita/ sin papas ni papisas ni teólogos…/

Los dioses que han huido convocaban la tribu…
amaban el pecado y el coito más intenso…

[y encendían hogueras del sentido, donde
ardieron los justos,
los beatos;
los mercaderes,
los sepulcros blanqueados…]



3.

Y a la orilla del río me tumba un agrio sueño, pálido, mortal,
sucio el pitón…la greña negra…
y sueño que  la Historia, se ha apagado y ya caduca, en su pánico y  su pena…
y es el tiempo de la errancia y la indigencia…

¡Es tan pobre ya el Mundo, que ya nadie echa en falta los dioses de su primera mañana amanecida!
(Ni siquiera esa falta es fisura y carencia….
para quienes habitamos el vacío del afecto)



4.

El día de la penuria sale lento del alba…
y le falta el suelo y el abismo
donde precipitarse…


Sólo resta el crepúsculo…
el que no será leve…
el de muy lento abismo, el real y duro…
El de la tiranía…el de la cosa


Largo es el tiempo…
pero acontece lo verdadero...


¿Perderemos el aura, el ser amenazado por lo ávido…
la investidura humana de la cosa…
la brizna de lo bueno?
¿Perderemos al Otro….
reducido a semblante?


¡Ay!… ¿dónde anclar el cuerpo cuando la lluvia cale?
¡Ay!… ¿dónde apoyar la sombra herida?


¿Dónde ya no ser síntoma ni pálido semblante?




5.

Momento de lo final, hiel de lo perecedero y desfondado…
fluencia del dolor, melancolía y ese pavor
pueril
que lo avergüenza todo…

Transcurso sordo de la consumación…
trivialidad virtual…
y el vernos de rodillas ante un relato imbécil…
el balbuceo que repite el desvanecimiento del sujeto y fiesta de la materia, el monólogo de los idiotas del poder y la furia…


¿Parece que esta época se coronará de angustia?

¿Y el ser será un interrogante…ahogándose en lo líquido
y lo estólido?


6.

Pero escucho –entonces- desde el tesón de Marx:
“todo lo sólido se desvanecerá en el aire por la presión de la mercancía”…
y su voz me despierta, herido y aterido en la ribera de la muerte:

¡Hay que soportar al abismo; como se soporta a un síntoma….!


Apenas un instante hesita…
y el poeta despierta…
y se revuelve contra el fin de la Historia…
contra lo naif que corrompe, contra  leyendas del Apocalipsis...
y orina su caliente ira sobre lo óseo de la metafísica…
y la maldice como al fantasma de Hamlet…


7.

¿Qué? ¿Se consuma el tiempo del idealismo?…
ese tiempo burgués que está en el tiempo pero consuma y congela al Tiempo…

Sólo resta el desprecio.
Y la esperanza de extinción de los insectos infinitesimales.





8.

Pero, siempre,  en toda crisis, el poeta restaura el habla de la tribu…
si acompaña el Deseo  y…
si escupimos al  vértigo y abismo de sus dioses de odio….

Porque ellos ya  no pueden sostener a sus ídolos.
Ya no pueden ellos sostener plegaria alguna.
Ya no pueden ellos sostener ningún sujeto.
Ya no pueden ellos sostener ningún saber.
Ya no pueden ellos sostener certidumbre de lo depredado.

De la consumación Sólo Se Sale Por Arriba…
izados por la poesía, sutil  cadena de oro con que soñara Nietzsche…
/la escala de los poetas para bajar al abismo y renacer en el diamante del alba…/

Pero en el tiempo de lo humano  vuelve la música de la pregunta de Hölderlin:
“¿para qué poetas en tiempos de penurias?”.

¡¡Para seguir el rastro el rastro de los dioses huidos!!
 Responden los poetas; calzado el pie ligero,
 lleno el carcaj de venablos de  luz…

¡Para cazar un dios que supiese bailar!
Responden todos.
Para mirar al rastro de los dioses huidos que supiesen bailar…

Y mi corazón se iza desde el sucio humedal de la Estigia…
y husmeo el rastro del bailar de un dios que huido fuese…
pero que  aún fornica y canta.
Ama.

Y eternamente canta…
como sólo un poeta
loco puede…y  canta y
la canción de su espíritu lo despierta y embriaga
allí,
en su calcinado oído de plenitud mortal,
de plenitud moral.

En su texto de estrellas,
de mares insepultos,
de besos incandescentes…


Largamente muerto y replegado en sí mismo
mi corazón saluda
la belleza del Mundo.

(c)carlosmamonde. Madrid, enero 2012.

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